Un millón de ligas, muchas escondidas en el fondo del más interior del interior. Canchas con arena, con pasto de sobra, con obstáculos para rodar la pelota. La localía es importante, las medidas solamente las saben los jugadores de ese equipo... y la bajadita para el segundo tiempo. Algunas realidades son distintas, más no mejores. Si tiene suerte la pequeña ciudad o villa, está ese empresario, que además de darle laburo a 100 de los lugareños, pone todo por su equipo y lleva en la sangre la tradición más pura. Aunque la señora se le enoje, pasa horas en la cancha, que es ya como su chacrita. Pero claro, si caminamos más kilómetros, están las capitales. Poderosas ligas que consumen pasiones desmedidas. Un montón de semipro (jugadores que trabajan y llegan 15 minutos tarde los martes) se prenden en la rosca y se cotizan cruzando la zona urbana. Ahí ya tenemos todo tipo de colegios, tribunales, dirigentes, y otras faunas. Todos tiran para sí mismos, aunque casi siempre se cocina todo en la vereda de la casa de los deportes. En la sede siguen colgadas viejos logros, o espacios vacíos para llenar... en el alma de cada jugador, técnico o hincha, está siempre la ilusión intacta. 18 son más que 1. Muchos departamentos y tantos goles y patadas para contar, que se resumirán con el estilo que usted buscaba en este campeonato: "18ligas". Bienvenido.
Un millón de ligas, muchas escondidas en el fondo del más interior del interior. Canchas con arena, con pasto de sobra, con obstáculos para rodar la pelota. La localía es importante, las medidas solamente las saben los jugadores de ese equipo... y la bajadita para el segundo tiempo. Algunas realidades son distintas, más no mejores. Si tiene suerte la pequeña ciudad o villa, está ese empresario, que además de darle laburo a 100 de los lugareños, pone todo por su equipo y lleva en la sangre la tradición más pura. Aunque la señora se le enoje, pasa horas en la cancha, que es ya como su chacrita. Pero claro, si caminamos más kilómetros, están las capitales. Poderosas ligas que consumen pasiones desmedidas. Un montón de semipro (jugadores que trabajan y llegan 15 minutos tarde los martes) se prenden en la rosca y se cotizan cruzando la zona urbana. Ahí ya tenemos todo tipo de colegios, tribunales, dirigentes, y otras faunas. Todos tiran para sí mismos, aunque casi siempre se cocina todo en la vereda de la casa de los deportes. En la sede siguen colgadas viejos logros, o espacios vacíos para llenar... en el alma de cada jugador, técnico o hincha, está siempre la ilusión intacta. 18 son más que 1. Muchos departamentos y tantos goles y patadas para contar, que se resumirán con el estilo que usted buscaba en este campeonato: "18ligas". Bienvenido.
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